Los fósforos son artículos para el hogar que a menudo damos por sentado, pero ¿alguna vez te has preguntado cómo un simple fósforo inicia un incendio? En este artículo, exploramos la ciencia detrás de los fósforos y cómo hacen fuego a pedido.los fósforos son solo para el fuegoPrimero, veamospartidospartidosestructura anatómica Una cerilla típica consta de tres partes principales: la cabeza, el eje y la cara de golpe. Las cabezas de los fósforos contienen material combustible que se enciende cuando se enciende el fósforo. Por lo general, está hecho de una mezcla de productos químicos como clorato de potasio, azufre y pegamento. Los fósforos están hechos de madera o papel y sirven de apoyo para la cabeza. La superficie de impacto suele estar en el lateral de la caja de cerillas y está hecha de un material rugoso como papel de lija o piedra pómez. Cuando se enciende una cerilla, la fricción de la superficie de impacto genera calor, lo que enciende los productos químicos en la cabeza de la cerilla. El calor del encendido inicial hace que el fósforo se queme, creando una llama constante que se puede usar para encender velas, chimeneas u otros materiales combustibles.
Pero, ¿por qué los químicos en las cabezas de los fósforos se encienden tan fácilmente? La respuesta está en su composición química. El clorato de potasio, por ejemplo, es un químico altamente reactivo que se descompone fácilmente en cloruro de potasio y oxígeno cuando se calienta. El calor de encender un fósforo es suficiente para causar esta descomposición, liberando oxígeno que luego reacciona con el azufre en la cabeza del fósforo para formar dióxido de azufre. Esta reacción genera calor que enciende el pegamento en la cabeza del fósforo, creando la llama que vemos. El uso de fósforos para iniciar incendios ha existido durante siglos. El primer uso conocido de los fósforos fue en la antigua China, donde los fósforos se fabricaban sumergiendo palos de bambú en una mezcla de azufre y otros productos químicos. Estas primeras coincidencias eran menos confiables y más difíciles de usar que las modernas, pero allanaron el camino para el desarrollo de las coincidencias que usamos hoy.
A principios del siglo XIX, el químico y boticario inglés John Walker se topó con el concepto de la cerilla moderna mientras intentaba encontrar una manera de hacer cerillas para sus clientes. Se dio cuenta de que la mezcla química que usaba para hacer fósforos de fricción se había derramado en el piso y cuando trató de rasparla, se incendió. Este descubrimiento inesperado llevó a Walker a desarrollar los primeros fósforos de fricción comerciales, a los que llamó “congreves” en honor al cohete Congreve.
Hoy en día, los fósforos son un elemento básico en los hogares de todo el mundo y se han convertido en una herramienta esencial para iniciar un incendio. Por simple que parezca, la ciencia detrás de los fósforos es fascinante y juega un papel vital en nuestra capacidad para controlar el fuego. Así que la próxima vez que busque una cerilla, tómese un momento para apreciar la química que hace que este pequeño palito sea una herramienta tan poderosa.

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